Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de The Animated Heavy Metal Parking Lot - que podría traducirse como El aparcamiento del concierto de Heavy Metal: versión animada -, dirigido en 2008 por la animadora canadiense Leslie Supnet
Como pertenezco a una generación que creció sin móviles ni Internet, hay veces que me maravillo ante las posibilidades de estas tecnologías. Casi como si fuera un hombre de la edad de piedra que se topase con un transatlántico. Ocurre que se pone uno a buscar el corto que va a comentar, luego algo de información sobre la autora, y se termina no sólo encontrando el corto en las plataformas habituales - lógico - y la web personal de la animadora - habitual - , sino hallando un montón de información adicional que ni siquiera se sospechaba cuando se comenzó. En este caso, que el corto animado es una versión/resumen de otro corto de imagen real de 1986, dirigido por Jeff Krulik y John Heyn. Un documental sobre el paisanaje que era atraído por un concierto de los Judas Priest en Estados Unidos y que, según leo, tiene carácter de obra de esas que llaman "culto". Por reflejar esos ambientes en los que se cruzaba la juventud con el rock a toda potencia, sin asomo de inhibiciones ni prohibiciones, mucho menos de tabús, y que han marcado la experiencia vital de varias generaciones de adolescentes. De los sesenta hasta hoy.
Unas vivencias que, por cierto, nunca fueron las mías, aunque yo tenia 19 años cuando se rodó este documental. Formaba parte, técnicamente, de esa juventud que se retrata y que, a pesar de las distancias, era la misma en todos los rincones de occidente, incluso más allá del telón de acero. Digamos que mi biografía me llevó por derroteros muy distintos a los del común de mis contemporáneos y que ese desparrame, como se decía entonces, nunca llegó a ser parte de mis apetencias y aspiraciones. O que cuando lo fue, sucedió a destiempo, ya de adulto, de forma imperfecta e incompleta, breve y fugaz, tanto como mi efímera afición por el Rock. Mi visión, por lo tanto, es la de una nostalgia sobrevenida y adoptada, por lo un tiempo que fue el mío pero en el que nunca llegué a participar... Otra forma más de sentirse viejo y fuera de lugar, quizás más retorcida de lo habitual, al ser reflejo de una doble pérdida, la de la abstención y la del tiempo.
Dejemos aquí las batallitas del abuelo y volvamos al corto. En su haber, algo que no es estrictamente suyo, sino de la autora. El hecho de que no es una obra aislada, como tantas y tantas que hemos comentado aquí, que quedan sin continuidad y no pasan de ejercicios y ensayos. Preludios de algo que nunca llegó a ser por muy diversas circunstancias, ya fuera integración en el mundo laboral, ya mera mala suerte, ya auténtica falta de talento o de valentía. En este caso, Supnet cuenta con un amplio corpus creativo, iniciado en 2007, que continúa hasta la actualidad. Y aún más importante, con valiosas derivaciones experimentales que me gustaría explorar con la atención que se merecen.
Sin embargo, esta obra no me parece redonda. Se trata, es obvio, de una creación primeriza, producto de la admiración de la autora por ese documental mítico que les citaba. Teñido, dada la edad de Supnet, nacida en 1980, de admiración por u pasado que ya ha alcanzado el rango de mítico, como le ocurría a mi generación con los sucesos del 68, y en general con toda esa década prodigiosa. Es un acierto, y así hay que señalarlo, que se utilice para adaptar el documental del 86 un estilo como la animación de recortes, de ordinario considerada como torpe y burda. Esa imperfección inherente a la técnica se adecua perfectamente a lo que se quiere ilustrar, un grupo de gente desparramando sin pensar en el mañana - o quizás precisamente por ello -. Sin embargo, señalado ese acierto, el resto del corto me parece falto de imaginación. Rutinario y mecánico. Defectos disculpables por ese carácter de obra primeriza, que se supone serán pulidos en intentos posteriores. Aquéllos de los que carece la mayoría de los animadores promesa .
No les entretengo más. Como siempre, les pego aquí el corto. Obra nostálgica, pero, como es mi caso, por algo que no se conoció, mucho menos vivió, si no es mediante el relato de terceros o la imagen ajada y desvaída.
No hay comentarios:
Publicar un comentario