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domingo, 19 de febrero de 2017

La lista de Beltesassar (CLXI): Nowy Janko Muzykant (1960 ) Jan Lenica





















Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Nowy Janko Muzykant (Un nuevo músico: Janko), corto realizado en 1960 por el animador polaco Jan Lenica.

Lenica, como ya deben saber, es uno de los gigantes de la animación mundial. Junto con Valerian Borowczyk, fue uno de los creadores de la modernidad animada en Europa. Esa nueva forma de hacer animación rechazaba de frente el estilo clásico de animación americano de los años 30 y 40, cuyo modelo principal era Disney, caracterizado por el uso de animales antropomorfos, su clara dependencia de modelos decimonónicos, y su no menos descarada sensiblería. Por el contrario, el nuevo modo intentaba utilizar las formas de la vanguardia artística europea, tanto en su estilo visual desarreglado, geométrico y expresionista, como en la presentación de contenidos simbólicos de clara índole política y social. Curiosamente, el inicio de esta modernidad animada había tenido también su origen en los EEUU, con la UPA, pero pronto había pasado a ser cultivada por personalidades independientes, como John Hubley, o instituciones al abrigo de los caprichos del mercado, como la NFB canadiense o los estudios Zagreb yugoeslavos.

Lo que los animadores del este de Europa añadieron a esta manera nueva fue una mayor radicalidad, tanto estética como política, debida en gran parte a las condiciones represivas de esos países. Lenica, por ejemplo, acabó siendo un apátrida, buscando siempre un lugar donde poder crear con libertad, de manera que su obra quedó repartida entre Polonia, Francia y Alemania, lo que seguramente ha impedido que se haya editado una antología de la misma. En cualquiera de estos países, sin embargo, no renunció a criticar de forma abrasiva lo que el veía como hipocresía fundamental de todas las sociedades modernas. La existencia de fuerzas poderosas, ya en los totalitarismos comunistas o en las democracias occidentales, que existían sólo para esclavizar a los seres humanos, reduciéndolos a meros engranajes de la máquina productiva mientras que destruían y devoraban cualquier atisbo de creatividad e independencia intelectual.

Nowy Janko Muzykant no desentona, por tanto, en el conjunto de la obra de Lenica. Su protagonista es un campesino que habita una sociedad donde hasta los anímales son artilugios mecánicos, y en donde a las personas sólo les interesan el rendimiento a corto plazo, las ganancia desmesuradas. Fuera de esto, cualquier otra actividad se contempla con desconfianza, cuando no es atacada violentamente, lo que le ocurre al protagonista cuando intenta expresarse musicalmente. El arte, claramente, no tiene lugar en ese mundo, o mejor dicho, sólo es tolerado en tanto que recuerdo de glorias pasadas petrificadas, no como medio de expresión viva, mucho menos como vía de acceso a sentimientos y sensaciones que no estén directamente relacionadas con la adquisición de riquezas o el coronarse de gloria.

Así ocurre que los instrumentos musicales no son utilizados ya para otra finalidad que la de almacenes o basureros. Ni debe extrañar que al final del corto, una vez que Janko descubre su vocación, deba abandonar este mundo en pos de otro que podría identificarse con el de las ideas. Allí donde nosotros no podremos llegar jamás, ni de donde nos llegará ésa su música, medicina doloris, laetitiae comes, que decían los latinos.

No les entretengo más. Como siempre, aquí les dejo el corto. Disfruten de una obra mayor de un gran maestro y recen porque alguien en alguna parte decida recopilar, restaurar y editar su obra, ya que algunos de sus cortos están a punto de perderse


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