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domingo, 19 de abril de 2015

La lista de Beltesassar (XCI): Drugaya Storona (1993) Mijail Aldashin
























Como todos los domingos, continúo mi con revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno a Drugaya Storona (El otro lado), corto realizado en 1993 por el cineasta ruso Mijail Aldashin.

Aldashin pertenece a ese grupo de animadores rusos que se formaron en tiempos del régimen soviético, encuadrados en el mítico estudio Soyuzmultifilm, pero que luego debieron continuar su carrera tras la caída del comunismo. Una época al mismo tiempo de mayor y de menor libertad, sin censura política, pero sin financiación para todo aquello que, como la animación, no reporta pingües  beneficios económicos.

Como todos esos directores, Aldashin aúna dos características que son inconcebibles en la animación occidental, tan ufana de su libertad, pero que sólo ve en esta forma un modo de tener anestesiados a los niños. Los creadores rusos, por el contrario, buscaban - y buscan - dotar a sus creaciones de una arrebatadora belleza plástica, al mismo tiempo relacionada con las formas tradicionales - el cuento, la narración popular, los artistas primitivos - y con los hallazgos más radicales de la vanguardia, sin hacerle ascos al expresionismo o incluso la abstracción.

Este esteticismo no se quedaba en mera belleza hueca, sino que buscaba un significado con profundas ramificaciones políticas y filosóficas, que no obstante se expresaba de manera ambigua y enigmática, para escapar así a la estricta censura de tiempos soviéticos.  De esa manera, los cortos rusos - en general los de los países del este - a pesar de las dificultades de su producción y de que en muchas ocasiones no eran otra cosa que vehículos propagandísticos de ese nuevo sistema político que habría de vencer y substituir al capitalismo, constituían - y constituyen - un paraíso, una arcadia para todo aficionado a la animación. Un medio - quizás el único medio - de escapar a los tópicos repetidos hasta el hastío, de la infantilización y comercialidad de la animación occidental.

Estas características de la animación del este no fueron abolidas junto con el comunismo. Los creadores de Soyuzmultifilm, a pesar de las nuevas dificultades acarreadas por un mundo nuevo, a la vez libre y servil, se las han arreglado para transmitir ese espírituo, para mantener viva esa tradición, de la que Drugaya Styorona - y en general toda la obra de Aldashin - es un magnífico ejemplo. En este corto, lo que comienza como una mera broma, una historia sin mayor trascendencia e importancia - la de dos lombrices que se encuentran y traban amistad -  adquiere pronto rasgos de reto estético, en la que se celebra el placer de la creación de formas geométricas - véanse las capturas que abren la entrada - así como la belleza del mundo natural, cuya plasmación debe mucho al estilo inigualable que creó Yuri Norstein para Soyuzmulfilm.

Y como les decía esta belleza no se queda en mero goce, en mera contemplación - algo que no sería censurable, ni objetable - sino que adquiere rasgos de manifiesto político, puesto a que a la obscuridad que constituía la vida cotidiana de los protagonistas, sucede la visión deslumbradora del mundo real, el descubrimiento de su belleza inagotable... así como de los peligros que alberga y del riesgo, pagado con la muerte, que supone dejarse seducir por él. Paradoja y contradicción que señalan a  una Rusia que se liberó del sistema soviético para caer presa de los lobos del capitalismo sin alma, frente al que sólo existe una solución, abandonar esa belleza traicionera, esas promesas vacuas de felicidad, para encerrarse en uno mismo, en una pobreza, en una soledad que al menos se sabe segura.

No les entretengo más. Aldashin es uno de los grandes maestro de la animación contemporánea. Dsfruten el corto y, si les gusta, busquen todos los demás. Ancha y rica es la internet para ello.


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