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domingo, 28 de agosto de 2011

100 AS (LXVII): Café Bar (1974) Alison de Vere




















En la revisión semanal de la lista de mejores cortos animados del festival de Annecy, le ha llegado el turno a Café Bar, realizado en 1974 por la animadora anglo-pakistaní Alison de Vere.

Como siempre me permitirán que me rasgue un poco las vestiduras, ya que en el caso de esta animadora nos encontramos con una egregia desconocida, como viene a ser demasiado habitual en estas posiciones de la lista. Busquen por la afamada Wikipedia y comprobarán que no figura en ella,  busquen información en la internet y aparte de la esquela de su muerte en 2001 y un web conmemorativo creado por su marido, apenas se puede encontrar nada más. Afortunadamente, el trabajo de esta artista no ha debido pasar inadvertido (como muestra su inclusión en la lista de Annecy) y al menos tres de sus cortos pueden encontrarse en los sitios de constumbre.

En lo que a mí respecta, sí que conocía su corto Mr Pascal, gracias a un recopilatorio del festival de Annecy, corto que me impresionó especialmente y del cual quizás cuente algo en el futuro. En el caso del corto que constituye la excusa de esta entrada, debo decirles que acabó de verlo justo antes de escribir estas líneas (ya saben, en los medios habituales) y mi primera impresión es que es mucho más apropiado que Mr. Pascal, para figurar en la lista de Annecy, apropiado por representativo.

Me explico.

Los que sigan este blog sabrán que para mí, la animación es esencialmente libertad. En manos de un creador con talento, el papel en blanco y el lápiz no son ninguna limitación, sino todo lo contrario, ya que de ellos puede surgir todo lo que desee el artista, sin que exista ninguna limitación. Esto es precisamente lo que demuestra el corto de de Vere, en el cual el tema, la cita amorosa entre dos desconocidos que acaban de encontrarse y que intentan agradarse el uno al otro, sirve de excusa para realizar un despliegue de imaginación al hacer realidad las fantasías que cruzan por la mente de los protagonistas a medida que la cita, poco a poco se va yendo al garete.

Pero no me entiendan mal, al decir fantasías no me estoy refiriendo a fantasías sexuales. Lo que la directora muestra y anima, es como la mente de cada uno de los protagonistas, aburrida, empieza a vagar y se pierde en divagaciones cada vez más delirantes, que acaban por hacerse dueñas del pensador y forzar su propia lógica. Así, el hombre se imaginará pilotando un avión de la primera guerra mundial, para estrellarse contra el sombrero de su pareja y verse obligado a encontrar un camino de vuelta de la isla desierta en la que se ha convertido el sombrero donde ha aterrizado, mientras que su compañera , ante la indiferencia de su cita, acabará perdida en un desierto en el cual vagará en círculos sin encontrar rumbo ni quien la rescate.

Un ejercicio de libertad, donde la lógica la establecen las analogías entre las imágenes, intentando replicar el modo en que fantaseamos, esos caminos mentales en el que los contrarios absolutos, las situaciones más dispares acaban unidos por una cadena de pensamientos que nunca se nos hubieran ocurrido, pero que una vez forjado parece completamente evidente, imposible de ser de otra manera.

Y como siempre, les dejo con el corto para que lo disfruten. Pero sobre todo, para que piensen en cuantos egregios desconocidos nos quedan aún por descubrir.



Café Bar, Alison DE VERE, 1974 por shortanimatedworld

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