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domingo, 14 de noviembre de 2010
100 AS (XXXVII): La Traversée de L'Atlantique à la Rame (1978) Jean François Laguioinie
En la revisión semanal de la lista de mejores cortos animados compilada por el festival de Annecy, le ha llegado el turno a Jean François Laguioinie y su corto La Traversée de L'Atlantique a la Rame (La Travesía a remo del Atlántico)... y para que comprueben hasta que punto la animación es una de las regiones inexploradas de la cinefilía, yo desconocía la existencia de este animador fundamental hasta que me lo descubrió un blog también fundamental, AniPages Daily, a cuyo lado no soy otra cosa que un ignorante y un remiendafrases, por ser sincero.
El caso es que lo que hayan seguido esta serie de entradas y este blog sabrán ya que alrededor de 1950 se produjo una revolución en el mundo de la animación, promovida por la UPA en los EEUU y una serie de animadores experimentales europeos, entre los que podríamos destacar a Walerian Borowcizk y Jan Lenica. Se trató no ya de la ruptura con el estilo único de la Disney, sino algo más importante, la irrupción del formalismo/modernismo artístico en el mundo de la animación, una manera que sigue siendo la fundamental de los grandes festivales de esta forma, como es el de Annecy.
El corto de Laguioinie es uno de las obras maestras de este estilo. Utiliza una técnica como es el cut-out que por la mala influencia de la serie South Park, nos hemos aconstumbrado a esperar tosca, burda y. en general sin la perfección y fluidez que esperaríamos de la tan preferida por crítico y público 3D. Por supuesto, la calidad de los productos creados con una herramienta no depende tanto de la herramienta, sino de la pericia de las manos que la usan, así que en cuanto aparecen las primeras imágenes de La Traversée..., sabemos que estamos en otro mundo completamente distinto.
No es ya la belleza exquisita de los planos y fondos, apreciable en las pocas capturas que incluido, es simplemente que Laguoinie sabe utilizar a su favor las trampas, carencias y defectos de la técnica elegida. Así su animación nos aparece extrañamente fluida, aunque una atenta mirada nos hace comprobar que es casi inexistente, mientras que la evidente artificialidad consustancial al cut-out sirve para trasladarnos a un mundo que no es el que vivimos: el ámbito de la leyenda, de los sueños y de las pesadillas. Ese mundo au délà de la realidad al que me refería yo ayer, el del surrealismo.
Desde el momento en que se nos presenta la excusa argumental: esa travesía en solitario del Atlántico en una barca de remos, desde que descubrimos que el paso del tiempo no es el normal y que se cuenta en añós, todo esto acompañado por las imágenes de Laguioinie, cada vez más desconectadas con lo realidad que experimentamos, sabemos que hemos cruzado un umbral, que lo que estamos presenciando no es otra cosa que una elaborada alegoría, la historia de nuestro envejecimiento y nuestra decadencia personal, el de nuestro abandono paulatino de todas las ilusiones y esperanzas con que comenzamos un viaje que nunca alcanzará su destino.
Porque ésta es la narración, distorsionada y modernista, preocupada ante todo por la forma, de la autodestrucción de un matrimonio, de cualquier matrimonio, de cualquier relación. Una narración que a pesar de estar narrada a contrapelo, primando la forma antes que nada, no deja de ser especialmente conmovedora y devastadora para los espectadores.
Como siempre, les dejo aquí con el corto para que los disfruten. Desgraciadamente no tiene subtítulos, pero intenten olvidarse de lo que las palabras puedan decir y déjense seducir, arrastrar y enamorar por la fuerza de las imágenes
Primera Parte
Segunda Parte
Tercera Parte
Hola David ya estas en nuestro Blogroll, desde ya es un placer estaré frecuentando tu blog, un abrazo gracias.
ResponderEliminarHola David, si no te molesta, he agregado tu blog a mi lista de Amigos en mi blog, y citado con la respectiva fuente tu crítica de este marvilloso corto, ya que me parece excelente cómo la has reseñado.
ResponderEliminarUn saludo.
Qrosawa
Hola. No no me molesta. Cuánta más propaganda se le haga a estas pequeñas obras maestras mejor.
ResponderEliminarHaré lo propio