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lunes, 3 de diciembre de 2007
One Step Back (y 4)
Por continuar con esta serie de reflexiones sobre la exposición Durero/Cranach de la Thyssen (de la cual ya he hablado en entradas anteriores), señalaba yo lo diferente que era este prerenacimiento alemán de entre los siglos XV y XVI con el renacimiento italiano contemporáneo. Concretamente, como uno buscaba siempre el ideal, de manera que a pesar de la crueldad de los hechos representados, lo que nos sobrecogiera fuera la belleza plástica, o por, decirlo de otra manera, como incluso en la mayor de las catástrofes, los italianos conseguían que reinase la serenidad, mientras que en el caso de los alemanes, el énfasis siempre estaba en conseguir un sentimiento de desasosiego, de forma que por muy bello que fuera el cuadro, siempre tuviésemos la sospecha de que algo más, turbador y peligroso, nos acechaba desde fuera de la estrecha región representada.
Un sentimiento que, curiosamente, reaparecería en la misma Italia, con los pintores manieristas, Pontormo y Rosso Fiorentino, cuando estos intentasen apartarse del Kanon creado por Leonardo, Miguelángel y Rafael , absoluto en su perfección y por ello mismo, un callejón sin salida para cualquier artista.
Y para representar ese sentimiento no se me ocurre un ejemplo mejor que el Adan y Eva de Hans Baldung Grien con el que abro esta entrada, simplemente por constituir un compendio de transgresiones sobre un tema archiconocido, y del cual se espera una representación, un mensaje ideológico fijo y determinado. Una obra en fin, que está a la altura de las estatuas de la portada de la catedral de Reims, de las que ya hablara hace largo tiempo.
¿Por qué hablo de transgresión o, por ser menos demagógico, de reinterpretación? Lo primero que me llama la atención es la agresiva sexualidad de la pintura. Normalmente, la primera pareja suele representarse de manera inocente, axesual, recordando aquello de "estaban desnudos y no tenían vergüenza", mientras que aquí ocurre precisamente lo contrario, los vemos a punto de embarcarse en el frenesí amoroso, y sin sentir ninguna vergüenza, más bien presumiendo de ello, como demuestra la mirada directa, orgullosa, que Adán nos dirige a nosotros, los espectadores.
¿Cuándo ocurre la escena? Normalmente, se representa el momento en que Eva tienta a Adán, ofreciéndole la manzana. Sin embargo, la pintura de la impresión de que la escena tiene lugar después, como mostraría la fina tela que cubre el sexo de Eva, que ya por tanto debería sentir vergüenza, pero que por su propia delicadeza transparenta su desnudez, otra nueva vuelta de tuerca a la historia bíblica, puesto que ahora sí saben que están desnudos, pero siguen sin tener vergüenza.
¿Y cual es la moral de la historia? Normalmente, en estas representaciones de la caída de la humanidad se nos muestra la expulsión, el horror que sigue a esa caída, o cuando se nos muestra ese pecado original, da la impresión de haber sido casi por casualidad, un descuido, como se decía entonces, que se revela de consecuencias aterradores. Como mucho (como era de esperar de tiempos en que la mujer se consideraba un ser de segunda), se hacen recaer las culpas en Eva, a la que se muestra como inductora, la que muestra y entrega la manzana a Adán, mientras que este queda excusado, víctima de ese desliz al que nos referíamos.
Nada queda de este espíritu en la pintura. Eva no necesita mostrar la manzana, Adán no se muestra temeroso y lleno de dudas. Ambos han decidido hacerlo voluntariamente, con orgullo, con desafío, con evidente fruición. Es más, ni siguiera han necesitado morder la fruta del árbol de la ciencia, ya conocían el significado del bien y del mal, y han elegido este último.
La manzana por tanto, es sólo un símbolo de la rebelión, no la causa.
Nota: Otra cosa que me asombra de este cuadro, es como se pueden pintar unos desnudos tan clásicos, tan rotundos y perfectos, y al mismo tiempo, con la aplicación del color, convertirlos en algo irreal, a punto siempre de desvanecerse.
Expresionista. En una palabra.
Me ha gustado mucho este "post".
ResponderEliminarSe agradece, se agradece...
ResponderEliminarAhora sólo queda que se convierta en uno de los habituales...
the monteverdi is so beautiful, it made me suddenly remember why I am an artist
ResponderEliminarand I love hans baldung grien, the old wierdo
thanks! some days are so busy & tiring, one forgets the mission!
Thanks on both accounts, and specially for visiting the blog, even if it is only for the images and the music...
ResponderEliminar...and yes, Monteverdi is the one.