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lunes, 16 de mayo de 2005

Natura/Antinatura

De niño, durante los últimos coletazos de la monolítica educación católica y tradicional,el argumento "ad naturam" era la manera de justificar lo que no tenía explicación, un modo como cualquier otro de evitar decir "esto es así por que sí". De este modo, tal y cual comportamiento eran buenos o malos, porque la naturaleza del hombre era así, tal y como dios lo había concebido y querido, ante cuya decisión no cabía rechistar.

Ahora, resulta extraño volver a escuchar de nuevo estos argumentos ad naturam, por supuesto, el concepto de bueno/malo ha sido sustituido por los menos estridentes de deseable/preferible, mientras que la naturaleza/dios ha sido reemplazada por la naturaleza/evolución, que como en el pasado, se convierte en un ropaje para justificar idearios preestablecidos.

Así se nos dice ¿quiénes son nuestros parientes evolutivos más cercanos? ¿Cómo son sus estructuras sociales? Tal y como sean ellos, así seremos nosotros, y se apunta a los chimpances, como los animales más cercanos al animal humano. Su estructura es un patriarcardo jerárquico, basada en el poder y en la violencia, incluso sexual, la cual se aplica sin ninguna compasión. Asímismo, la guerra, las atrocidades, los exterminios, son constantes entre ellos. Ergo, así somo nosotros, y no debemos hacer nada por reprimir esos instintos naturales, creados por la evolución para permitir nuestra supervivencia.

Pero como en toda pseudociencia, se nos oculta parte del cuadro. Nadie nos habla de los bonobos. Su estructura es la de un matriarcado y se prefiere la resolución pacífica de los conflictos, incluso, ¡oh sacrilegio! utilizando el sexo... sin olvidar que su proximidad genética al ser humano es la misma que la de los de chimpances.

Entonces... ¿quién tiene razón? ¿qué es lo que somos?

¿Chimpancés o bonobos?

O mejor dicho, ¿por qué son tan distintos? ¿Seremos nosotros también distintos a ambos?

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