miércoles, 28 de mayo de 2014

From the Vault (VII): Boogiepop Phantom (2000)

Siguiendo con este rescate de mis escritos en el agonizante foro de cine cinexilio, unido a la revisión de mis entradas sobre anime en este blog que voy reuniendo en página aparte,le ha llegado el turno de Boogiepop Phantom, serie que para mí es una de las grandes, aunque le perjudicó su parecido aparente con otra de las grandes, Lain.

Vista ahora, catorce años tras su producción, no sólo marca el inicio de la edad de plata de Madhouse, sino que muestra lo diferente que era el marco narrativo y temático en el que se movía el anime. Boogiepop se propone como un análisis descarnado de la adolescencia, de los problemas que supone buscarse a uno mismo en una sociedad egoísta e impersonal, en la que la soledad del individuo es absoluta.

Ahí queda eso. Porque este modo de mirar era habitual en el pasado de esta escuela de animación, mientras que ahora es impensable.

Boogiepop Phantom
2000, 13 Episodios


Por qué tengo que vivir, si voy a morir de todos modos?

Hablar de Boogiepop Phantom es hablar de un estilo visual. La serie fue rodada en color, pero una vez terminada, se fueron aplicando filtros, más o menos intensos, hasta dotarla de una tonalidad verdosa y apagar completamente los colores. No sólo eso, se aplica también un efecto de desenfoque a las tomas, de forma que los bordes de la imagen se vieran peor que un círculo central, que crecía y disminuía según las escenas, e incluso ciertas partes de la imagen fueron sometidas al mismo proceso hasta el extremo de convertir el plano en algo ininteligible.

No estamos hablando de un formalismo al estilo Dogma. En el Dogma el grano visible, la falta de luz, el desenfoque y el desaliño no son más que un medio de hacer visible la cámara, de dejar bien claro que hay alguien rodando y que lo que vemos, en cierta manera, no es más que un producto del azar, de un algo que escapa al control del cineasta y lo reduce a un puesto nímio. Sin embargo, el azar no existe en el dibujo animado. En esa forma todo es producto de la mayor de las planificaciones, lo que hay es lo que se quiso que hubiera desde el principio, así que el desaliño visual de esta serie constituye un principio moral. No es un ejemplo de que la cámara existe y que su visión distorsiona la realidad, es en cambio una constatación de que la propia realidad en que vivimos esta descompuesta, de que se ha convertido en un remedo y una burla de lo que es, un reflejo sin substancia en el que pasean sombras que viven encarceladas en su interior sin posibilidad de huir.

martes, 27 de mayo de 2014

Endless Variations


Debo decirles que cada vez me siento más ajeno ante las exposiciones que se proponen como revisión de un artista-vaca sagrada, tipo Picasso, Renoir, Cezanne, Monet y demás grandes nombres. Desde hace unos años mis preferencias van por el lado de las temáticas/recopilatorias, que permiten capturar la evolución de una idea o un movimiento, incluyendo en ella todo tipo de manifestaciones asociadas, ya sean de primera o segunda fila. Es decir, que buscan representar un momento cultural entero, haciendo hincapié en sus ramificaciones, influencias e impacto, para tejer así una red de referencias que si se hace bien puede llevar al descubrimiento insospechado y enriquecedor, incluso para los organizadores.

Algunas exposiciones recientes que responderían a ese modelo serían la dedicada al surrealismo en la Thyssen, que al final se transformaba en una reivindicación de las pintoras de ese movimiento; la del paisaje impresionista en esa misma institución, que terminaba por ser una exploración de las múltiples formas del paisaje en los años finales del XVIII y primeros dos tercios del XIX; o la dedicada al impresionismo en la Mapfre, que en realidad era una invitación a (re)descubrir los muchos postimpresionismos de las décadas de los 80 y 90 del XIX. No obstante, y como complemento a estas exposiciones polimórficas y kaleidoscópicas, existe un segundo tipo que también se ha convertido en mi favorita, la que escoge un artista obscuro, poco conocido o quizás incluso de segunda fila, y lo analiza en profundidad, sacándonos, como se dice ahora, de nuestra zona de seguridad, para forzarnos a replantear nuestras convicciones sobre la jerarquía en el arte o, más importante aún, nuestras concepciones sobre lo que es bueno y lo que no lo es.

Tal es el caso de la dedicada a Josef Albers: Medios Mínimos, Efecto Máximo, que aún estará abierta un mes entero en la Juan March madrileña. Para la mayoría de los aficionados - los que hayan oído hablar de él, claro está - el nombre de este artista está indisolublemente asociado con la Bahaus y la constelación de artistas - tanto de primera y segunda fila - que utilizaron su producción artística con fines fines pedagógicos, vertiente de su obra que a muchos puede repeler o al menos no considerar tan bien esa parte de su trayectoria como la de épocas más libres o más audaces. Por otra parte, Albers es también recordado por lo que constituiría casi su obra única tras la segunda guerra mundial, la serie de pinturas titulada Homenaje al Cuadrado, en la invariablemente tres o cuatro cuadrados concéntrícos son pintados con diferentes tonalidades.

jueves, 22 de mayo de 2014

Under the Shadow of Postmodernism (y X)

The most significant movement which received the Inquisition's attention involved the followers of Inés, who become a prophetess in the town of Herrera del Duque, at the southern edge of the Spanish Meseta. The Toleado Inquisition tried more than thirty of Ines's followers, and the relevant documents provide some indication of the character of the visionary and her  community. According to the testimony of Juan de Segovia, a shoemaker in Cordoba, Ines's prophecies were directed particularly to conversos. She told her listeners that, before the Messiah came, for the first time, and not the second, as Christians believed, angels would appear, and there would be other signs in heaven. The Messiah would take the Spanish conversos to the Promised Land, where they would eat from golden plates 'and she said because she was a sinner she could not see them, and wept for it'. Inés claimed that her dead mother had come to fetch her, and had taken her up to heaven. She ascended, holding her mother's hand, with an angel for company, and also a boy whom she had known, and who had died some years earlier. Inés passed through Purgatory, in which souls were suffering, and then, reaching Heaven, saw other people, 'on golden chairs, in glory'. The angel told her that they had been persecuted by the Inquisition. 'Friend of God, those who rest up there are those who were burned on earth'. The visionary and prophetess claimed to have received signs from heaven, an ear of corn, an olive and a letter, to authenticate her experiences in the eyes of her listeners. Witnesses later told the Inquisition that she soon claimed to be visiting heaven every week, and that she led a movement, first in the area to the north of Cordoba and then in the city itself, which had distinctly 'Judaizing tendencies'.

John Edwards, The Spain of the Catholic Monarchs.

En mi revisión en paralelo de las historias de España dirigidas por John Lynch en los años 90 del siglo XX y la más reciente de Fontana/Villares ha llegado el momento de retroceder en el punto alcanzado en esta última, el final del siglo XVI, para volver al relato del reinado de los reyes católicos que John Edwards realizó para la primera.

Ya he comentado cómo la actualidad política de España, en la que la propia permanencia de este estado se ve cuestionada, ha traído a primer plano la figura de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, un tanto desdibujada durante los tiempos de la transición, tras la desaparición del sueño imperial evocado por el Franquismo. En este revival se incluyen tanto la reconstrucción a contrapelo del pasado realizada por los independentistas catalanes, en la que Fernando representaría el papel del traidor máximo en la tragedia nacional, como novelizaciones televisivas a la mayor gloria de Isabel y sólo de Isabel, muy del gusto de un nacionalismo centralista que siempre se ha imaginado castellano y para el que la historia o la presencia de los otros reinos peninsulares es completamente irrelevante.

Sin embargo, y a pesar de ese interés reciente, la figura, importancia e influencia de los Reyes católicos sigue siendo ignorada y desconocida para la mayoría de los habitantes de esta casa de locos llamada España. Mejor dicho, el reinado de los reyes católicos parece reducirse al año glorioso de 1492, en el que, repetinamente, el moro es expulsado, la unidad nacional conseguida por ensalmo, y no menos milagrosamente las Americas son tropezadas, para junto a ellas, encontrar asímismo la vocación de Imperio universal. Si acaso , se hace una breve referencia al "problemilla" de Isabel con su sobrina Juana, en el cual, por supuesto, la reina católica tenía toda la razón, y a las campañas relámpago del Gran Capitán, castellano, como no podía ser de otra manera, en el reíno de Nápoles contra los malvados gabachos.

miércoles, 21 de mayo de 2014

From The Vault (VI): Kacho Ohji (1999)

Siguiendo con este rescate de mis escritos en el agonizante foro de cine cinexilio, unido a la revisión de mis entradas sobre anime en este blog que voy reuniendo en página aparte,le ha llegado el turno a una serie a la que tengo especial cariño, ya que coincidió con aquel verano del 2000 en el que me aficione a esto del anime.

La serie, en sí, no tiene especial trascendencia, pero es un ejemplo de la versatilidad del anime a la hora de salirse de los límites que esa forma se ha impuesto a sí misma, para adentrarse en otros terrenos inesperados. Una excepción en su tiempo, hoy más aún.

Extraño también leerse en lo que uno escribió hace casi ya una década, testimonios innegables de alguien que para mí ya es un completo desconocido.

Kacho Ohji
1999, 13 Episodios


Por motivos demográficos y de mercado, el anime suele estar dirigido a los jóvenes. No es de extrañar, por tanto, que para conseguir la identificación de los espectadores, el margen de edad de los personajes no alcance los veinte y que el ambiente, así como los problemas, sean los habituales de la escuela secundaria.

En este panorama, la aparición de una serie como Kacho Ohji es similar a lo que supondría encontrar un mirlo blanco. En efecto, el personaje principal es un hombre de casi cuarenta años y la serie, en el fondo, constituye un análisis de la crisis de mediana edad que suele sufrirse por aquella poca. De este modo, el primer episodio describe la vida de un hombre, el Ohji que da nombre a la serie, casado y con un hijo, cansado de ambos estados, con un detalle y precisión que slo es posible apreciar por los que ya nos acercamos a esas edades. En ese primer episodio, le veremos despertarse ya agotado, derrotado incluso, marchar a una oficina donde le espera un trabajo rutinario y sin sentido, para volver, ya muy tarde, a un hogar donde su mujer se ha retirado a dormir... para volver a repetir ese mismo ciclo el da siguiente.

martes, 20 de mayo de 2014

Multiple Visions


Supongo que ya sabrán de mi costumbre de no comentar las exposiciones que visito hasta que lo he hecho por segunda vez. Sabrán también que este año, por unas cosas y por otras, mi programa de visitas se ha visto retrasado, así que estoy dando esa segunda vuelta justo antes de que las cierren, con lo que no creo que mis comentarios les sean de mucha ayuda o guía. Pero bueno, al menos hay que dejar constancia.

En el caso de instituciones que parecen concebir el arte sólo como impresionismo - ya saben cuales - y que tienen más que sobrados medios de propaganda institucional, mis comentarios iban a cambiar el mundo, especialmente cuando se trata de reseñas in extremis. La pena es que en el caso del MNCARS, empeñado desde hace años en explorar de forma enciclopédica las regiones obscuras de la vanguardia histórica o de iluminarlas desde puntos de vista insospechados, cualquier aportación que se haga para llamar la atención sobre ellas, por poco que contribuya a su difusión, es estrictamente necesaria, casi un deber insoslayable. De ahí que las anotaciones entusiasmadas que van a leer a continuación tengan un cierto regusto a amargura y a fracaso, por no haber estado a la altura del deber que yo mismo me había impuesto.

lunes, 19 de mayo de 2014

Bombing Civilians (II)

To prevent effective firefighting the incendiary load had to contain  not only regular incendiaries but also the delayed-action explosive incendiary, capable of maiming or killing enemy civil defence workers and deterring them from action. These devices were deliberately times to detonate at regular intervals, some after three minutes, a small proportion only after ten. In late 1942 a small anti-personnel high-explosive bomb with a trigger fuse was developed, which could be activated by any object, even a jet of water, and would kill those immediately around it without warning. It was suggested that a high proportion of delayed-action bombs should be used in 'incendiary attacks on virgin towns' to create a powerful deterrent effect on the enemy emergency services.

Richard Overy, The Bombing War, Europe 1939-1945

Hablaba en la entrada anterior de como Overy señala en su obra la extraña reticiencia de Hitler a bombardear civiles sólo porque sí. No es que Hitler rechazase bombardear civiles - los casos de Varsovia, Rotterdam, Londres, Coventry, Belgrado, Leningrado y Stalingrado, así lo demuestran - sino que prefería pensar que había una necesidad militar mayor que lo justificaba, bien la eliminación de la capacidad industrial/comercial del adversario - Londres -, bien la inclusión de la aglomeración urbana en el frente de operaciones militares - Varsovia, Rotterdam o Stalingrado -. El bombardear civiles por bombardear civiles fue asumido como tal muy tardíamente en la guerra, en 1942 con las acciones Baedeker sobre Inglaterra y en 1944 con las V1 y V2, justificadas como represalia contra las acciones de bombardeo aliadas.

Como pueden suponer, lo anterior no es un intento por "exculpar" a Hitler, de quien es conocido el poco valor que concedía a las razas inferiores a la aria, bien consignadas al exterminio, bien a la esclavitud si eran afortunadas, o el destino que reservaba a los miembros de la comunidad nacional alemana que fallaban a los ideales raciales del movimiento, número cada vez mayor a medida que la guerra se perdía. No. Lo que intento es poner en contexto el hecho más polémico de la acción militar aliada, la campaña de bombardeo estratégico contra Alemania primero y Japón después. Esos ataques contra los centros urbanos de las ciudades provocaron una destrucción sin precedentes hasta entonces, arrasando algunas aglomeraciones urbanas casi completamente, y causaron, según las cifras mínima de Overy, casi 400.000 muertes civiles sólo en Alemania.

El problema está en decidir si esas acciones militares consitituyeron o no crímenes de guerra por los cuales los aliados y sus jefes militares debieran considerarse responsables. El límite que separa los daños colaterales de la acción deliberada es muy estrecho, en un sentido y otro, pero los propios aliados, al enjuiciar los crímenes nazis, sintieron que sus acciones de bombardeo tenían poca justificación, lo que les llevó a evitar añadir este cargo a los muchos de la acusación contra los jerarcas nazis, sabiendo que a la defensa le bastaría alegar "usos admitidos" para exonerar a sus clientes de esa acusación.

En lo que a mí respecta, durante mucho tiempo me he resistido a considerarlos como crímenes de guerra, intentado exculparlos como una consecuencia de la exasperación y la crueldad del conflicto, que llegó a contagiarse a la cúpula militar aliada. Sin embargo, tras la lectura del libro reciente de Overy, tengo que admitir que sí, que fueron crímenes de guerra en toda regla, ya que en ellos existió la componente de premeditación.

jueves, 15 de mayo de 2014

Bombing Civilians (I)

In the end the onset of heavy and persistent bombing in London in September forced the government's hand. On 7 September, the first day and night of heavy bombing in London, several thousand Londoners bought tickets for the Underground and stayed put in the stations and tunnels. Over the following weeks the number increased to a level that neither the police nor local London Transport officials could control. At first they blamed "husky men, foreigners and Jews", but it soon became clear that there were plenty of what police reporters later chose to call "Aryans". The official position, already decided before the war, was not to open the Underground rail system for use as a shelter because the priority was for traffic through the capital. On 21 September  Churchill asked Anderson why the ban could not be lifted and received the reply that in the absence of any means of preventing access except military force, he had agreed to allow shelterers onto platforms at night. Not every station could be used, but the decision soon led to a regular influx of Londoners every night, sleeping on station floors, escalators and platforms, with the minimum of comfort. In September over 112,000 used these new deep shelters, as the bombing declined over the winter the number hovered over 65,000. This was a small fraction of the population that needed shelter, but the occupation of the Underground highlighted the widespread public disquiet over the lack of safety, and at the same highlighted the poor conditions and limited welfare available to the mainly working-class communities seeking shelter. Investigations were carried out  in Underground stations to monitor their level of comfort and hygiene. The lower platforms at South Kensington were found to house around 1,500 people, mostly women packed closely together; there were no beds but a mass of dirty bedding and litter, ventilation was poor, there was no hot or cold water supply, no canteen and no effective first aid. Other stations revealed the same improvised and insanitary conditions.

Richard Overy. The Bombing War, Europe 1939-1945

Cuando se trata de historiar la Segunda Guerra Mundial, los primeros nombres que vienen a la memoria de la mayoría de los aficionados son los de Anthony Beevor y Max Hastings. Su prestigio se debe en gran parte a la gran cantidad de testimonios personales que incluyen, táctica que permite al lector sentirse en medio de las operaciones y dota a sus obras de cierta aura de novela, elogio muy habitual que para mí en realidad constituye un reproche. Es cierto que el volver la mirada a la gente común es necesario en sociedades que se imaginan democráticas, como la nuestra, y que supone un acto de justicia frente a la práctica pasada en que el pasado era simplemente un escenario para las élites y su crónica estaba destinada a esas mismas élites. Sin embargo, el llevar esta postura al extremo sin las precauciones oportunas tiene el riesgo de que los árboles no dejen ver el bosque y que la narración se torne incomprensible, un batiburrillo de datos sin conexión, como ocurría con el peor de los libros de Beevor, el dedicado al desembarco de Normandía y las operaciones posteriores.

Richard Overy pertenece a otra clase de historiadores, aquellos con solida formación académica y de fundado prestigio en esos círculos. El modo de hacer historia de este investigador británico queda perfectamente encapsulado en el título de su obra más conocida, Why The Allies Won, que se propone estudiar las causas y motivos que llevaron a los aliados a la victoria y a las potencias del eje a la derrota. Entiéndase bien ese porqué, no se trata, como le decía yo a un amigo, de un cómo, de narrar el desarrollo de las operaciones y determinar las batallas o los sucesos en los que se produjo el cambio de fortunas bélicas. Se trata, por el contrario, de indagar en la estructura y organización de las sociedades en conflicto, buscando sus puntos débiles, sus inercias, sus equívocos intelectuales, junto con su capacidad para aprender de los errores, de manera que quede claro cómo estos rasgos colectivos se tradujeron en un modo de combatir y de sostener el esfuerzo bélico, bien para conducir al triunfo, bien a la derrota.

El resultado son libros largos, áridos y complejos, un tanto apartados del fragor de la batalla, pero sin caer en el error de tornarse un tableau vivant para gloria de las élites, que pueden repeler a muchos lectores, pero que cuando se hace el esfuerzo de comprenderlos, se revelan repletos de datos y conclusiones, algunas con repercusión directa en el presente.

miércoles, 14 de mayo de 2014

From the Vault (V): Serial Experiments Lain (1998)

Lain, así en corto, fue la serie que a muchos nos llevó a enamorarnos locamente del anime, en mi caso, a finales del verano del año 2000. Como otras series de su tiempo prometía una nueva forma que aunaba la visión cotidiana del presente con la especulación propia de la Ciencia Ficción dura, presuponiendo siempre un espectador atento e inteligente. El viaje que proponían era así cualquier cosa menos difícil, plagado de vueltas y revueltas, de enigmas y contradicciones, que mantenían al espectador en vilo de en episodio en episodio, muchas de las cuales jamás alcanzaban resolución - no, Lost no inventó nada -.

las cosas han cambiado mucho en los últimos 14 años. La victoria del moe/kawai ha llevado a que sus tics infantiles invadan hasta las obras más serias y complejas. Lain, por otra parte, muestra ya su edad, tanto en la calidad de su animación, pre-ordenador, como en los avances técnicos que han convertido esa sociedad futura que ilustraba en un producto arcaíco y primitivo.

Aún así, sigue siendo una de las más grandes, si sólo porque pocas series hay ahora mismo que puedan hacerla sombra.


Serial Experiments Lain
1998, 13 Episodios


Junto con Neon Genesis Evangelion, esta serie dejó claro, para todo espectador medianamente atento, que algo se estaba moviendo en el mundo del anime, o más concretamente, que su ámbito no se reducía (y nunca se haba reducido) a los combates de Mechas o las mujeres de senos increíbles.

Para entender un poco lo que supuso en su momento esta serie, centrada en la Internet (la Wired en la terminología de la serie) y su impacto sobre los series humanos, hay que recordar que en aquellos tiempos el modem de 56 Kbits/s era el último chillido tecnológico y que la conexión full time a Internet era el privilegio de algunos afortunados... incluso en aquellas empresas del ramo.

No es de extrañar por tanto el revuelo que supuso entonces que una serie presentase el ordenador (El Navi según la serie) como un electrodoméstico imprescindible en los hogares, que se describiese a unos niños que reciban en el colegio cursos de informática casi de profesional y que utilizaban móviles y PDAs como los que sólo ahora empiezan a verse. En definitiva una la sociedad completamente interconectada, una civilización dependiente por entero de la red, cuya ausencia provocaría su hundimiento.

martes, 13 de mayo de 2014

Too little, too late

L'Estaque, Paul Cezanne
Debo decirles que iba con mucha ilusión a la exposición Cezanne: Site/Non-Site, abierta en el Museo Thyssen Madrileño, en gran parte por el agradable recuerdo de la monográfica enciclopédica que se pudo ver hace treinta años en el extinto MEAC, ahora MNCARS. Por desgracia, he salido bastante desilusionado, precisamente por haber tenido la oportunidad  de disfrutar de aquella otra exposición.

Sé que las comparaciones son odiosas, pero es imposible no caer en esa tentación, especialmente cuando se trata de un artista capital en la evolución del arte contemporáneo, alguien cuya figura sirvió de ejemplo e inspiración a muchos de los artistas de vanguardia de primeros del siglo XX, entre ellos los cubistas. La exposición del MEAC se proponía como una exposición clásica, que buscaba ilustrar la evolución de este artista, desde sus inicios en la década de los sesenta y setenta, como impresionista de segunda fila, hasta sus prodigiosos años finales en la década de los 90 y principios del siglo XX, cuando su pintura acabó por trascender los temas que representaba y casi estuvo a punto de saltar a la abstración, en curiosa coincidencia con la evolución de su compañero de generación, que no de movimiento, Monet.

jueves, 8 de mayo de 2014

Serenity

The snow is deep on the ground.
Always the light falls
Softly down on the hair of my belovèd

This is a good world.
The war has failed.
God shall not forget us.
Who made the snow waits where love is.

Only a few go mad.
The sky moves in its whiteness
Like the withered hand of an old king.
God shall not forget us.
Who made the sky knows of our love.

The snow is beautiful on the ground.
And always the lights of heaven glow
Softly down on the hair of my belovèd.


Kenneth Patchen, Cloth of the Tempest, 1943

Ya les había hablado de mis sentimientos encontrados acerca de la obra poética de Kenneth Patchen, un escritor americano a quien descubrí a través del poema que abre esta entrada y que he podido al fin situar cronológicamente dentro de su obra.

Mis mayores problemas con lo que he leído pueden deberse, como ya apuntaba, a que la afición de Patchen por la experimentación torna su inglés en muy difícil de leer y comprender, un auténtico reto incluso para hablantes nativos. No obstante, tengo la impresión de que detrás de su habitual ensamblaje de palabras casi al azar, de sus agrías disonancias, de sus opuestos y contradicciones semánticas, se esconde un mensaje más humano y cálido, más cercano, que recorre su obra entera. No hay que olvidar que Patchen, en sus inicios, era un poeta social, preocupado por la denuncia de las injusticias y las miserias de su tiempo, la Gran Depresión, primero, la Segunda Guerra Mundial, después. Esa afinidades políticas que se traducen estéticamente en un intento por romper los corsés de la poesía tradicional, de manera que se restablezca la conexión perdida con el común de las gentes, restaurando el ideal del poeta-juglar que canta a su pueblo.

miércoles, 7 de mayo de 2014

From the Vault (IV): Now and Then, Here and There

Siguiendo con este rescate de mis escritos en el agonizante foro de cine cinexilio, unido a la revisión de mis entradas sobre anime en este blog que voy reuniendo en página aparte,le ha llegado el turno a una serie que en su tiempo, hace ya quince años, fue recibida con expectación, para luego, me temo caer simplemente en el olvido.

Rodada antes de la eclosión del moe, la serie sorprende por su inusitada dureza, por su pesimismo a ultranza, impensable en un producto como la animación, siempre imaginado para niños, y ausente casi por complete en el anime de ahora mismo, más preocupado por la venta de productos que por otros aspectos que antaño constituían su esencia y lo hacían único.


Now and then, Here and there
1999, 13 Episodios


Al principio de cada episodio, acompañado solamente por el murmullo del viento, aparece un rótulo con las siguientes palabras:

La fugacidad y la fragilidad de estos diez mil años, me hacen atesorarlos hasta la aflicción

...y al final de cada episodio, escuchamos la dulce nana con la que una madre acuna a su hijo, dulce pero de letra pesimista y casi desesperada...

Son quizás los dos únicos momentos líricos en toda la serie....

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martes, 6 de mayo de 2014

Visitors and quotations

Jean Fouquet, Virgen con el Niño y ángeles
Desgraciadamente, este año las circunstancias me han llevado a acumular un fuerte retraso en mi programa de visitas a exposiciones, así que no se extrañen de que acabe comentándolas cuando ya han cerrado sus puertas o están a punto, como es el caso de las cuatro minimuestras que hasta el domingo pasado coincidían en el museo madrileño de El Prado.

La estrella sin discusión, aun colgada en ese museo, es el préstamo realizado por el Louvre de la Virgen con el Niño y ángeles de Jean Fouquet. Ese cuadro, como muchos del siglo XV, algunos en salas anejas, ha acabado en convertirse en uno de los favoritos incontestables de cualquier aficionado, en parte porque parece situarse fuera de su tiempo y de su ámbito estético, para alcanzar esa extraña región que no puede calificarse de otra forma que inmortalidad/atemporalidad.